El desayuno típico de Padul son sus famosos huevos con “espichás” (arencas). Antiguamente era el desayuno de los segadores para ir bien alimentados antes de enfrentarse a un día duro de trabajo, es por ello que lo recomendamos antes de la visita a Padul, asegurando que este desayuno no deja indiferente a nadie. La mejor ocasión para degustarlos es durante la feria y fiestas de Padul donde se han llegado a elaborar más de 2.000 huevos.
Este palacio de carácter civil es popularmente conocido como Casa Grande y se encuentra ubicado en pleno centro del municipio. Su arquitectura, de estilo barroco muy severo, se debe a que fue construido sobre las ruinas de una casa con características de fortaleza y sin ningún tipo de alardes decorativos, lo que verdaderamente atrae de esta construcción son sus grandes proporciones y la elegancia de sus remates puntiagudos con recuerdos escurialenses.
Alberga en su interior dos interesantes retablos. Destaca el de San Francisco, creado por la escuela de Pedro Machuca y de estilo renacentista, el cuál debió realizarse a mediados del siglo XVI.
A pesar de lo modesto de este retablo, es una pieza singular en su especie, pues son poquísimos los que se conservan de esa época en la provincia de Granada.
En ella reside el patrón del pueblo, San Sebastián. Su edificación se llevó a cabo a causa de una plaga de "peste" que asoló el Valle de Lecrín, y de la que El Padul se libró. En agradecimiento acordaron con "voto o promesa solemne", guardar perpetuamente ayunos, dedicarle oraciones y hacerle una procesión solemne en su fiesta. Esta ermita se construyó gracias a los donativos y limosnas de los lugareños.
También llamado lavadero de San Joaquín y Santa Ana. Durante las primeras tres cuartas partes del S.XX, este lavadero fue el corazón social del municipio, ya que era el lugar donde todas las mujeres del pueblo coincidían para realizar el lavado de sus ropas.